Aproveché igual para estrenar otro cortador de mariposa imperial que tenía desde que mi aficción por las galletas comenzó, pero que aún no había estrenado, y el de capullo de rosa, que fue de los últimos igual.
El resultado: una tanda de galletas con las que he disfrutado mucho trabajándolas, a ver que os parecen... :)
ohhhhh
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